A modo de introducción, el mercado laboral se conforma por la oferta y demanda de fuerza de trabajo, lo que se traduce a que empresas de distintas industrias ofrecen trabajo y existen personas en edad de trabajar queriendo ser contratadas. Dentro de todas aquellas personas que están en edad de trabajar, hay un porcentaje casi siempre mayor que se encuentra trabajando y un porcentaje menor que se encuentra desempleado. Para entender mejor la dinámica de este mercado, podemos decir que la oferta laboral siempre está en constante cambio y en consecuencia, esto afecta directamente el sueldo, como vemos a continuación:
Cuanto mayor sea el número de personas que buscan trabajo
el sueldo tiende a disminuir, esto hará que una persona esté dispuesta a
trabajar por menos dinero.
Al contrario, si hay pocas personas en busca de trabajo
las empresas estarán dispuestas a pagar un mayor precio por su trabajo, ya que,
en ese caso, escasea la fuerza laboral.
Es por ello que en un país para mantener en equilibrio la
economía en este tipo de situaciones, el Estado establece un sueldo mínimo, así
el poder adquisitivo de las personas se mantiene en un rango equitativo para
todos, sin importar la dinámica que éste tenga.
Aquí vamos entrando en un contexto social, en donde las
personas tienen necesidades tanto, personal, familiar y de trabajo. Es por ello
que nace un nuevo concepto de Flexibilidad Laboral, el cual se entiende
como los distintos acuerdos que puedan llegar a tomar el trabajador con su
empleador, asegurando el cumplimiento de sus funciones, modificando el
tradicional modelo de trabajador asalariado. En este contexto, las empresas son
capaces de adaptarse a los cambios productivos que trae un mundo globalizado,
en donde la productividad depende de la comodidad del trabajador, lo que quiere
decir, que va en función de su bienestar.
Volviendo al punto de la fuerza laboral, entendemos que
existe una parte de la población que está en edad de trabajar (mayor a 15 años).
De aquella parte derivan las personas activas que pueden o quieren trabajar, y
las personas no activas que son aquellas que por salud, educación o jubilación
no pueden trabajar.
De aquí nace una parte de la población activa que esta
ocupada y otra que está desocupada. De las personas desocupadas, que son las
que no se encuentran trabajando, están las personas que buscan trabajo por
primera vez y las que están cesantes.
Con esto, podemos decir que el mercado laboral debe
mantenerse en equilibrio para que la economía en general funcione de manera eficiente,
considerando el bienestar de la población.
Hola, muy clara la información se logra entender con facilidad cabe señalar que los horarios flexibles no son adecuados para todas las industrias y sectores. Algunas ocupaciones requieren presencia regular o tienen ciertas restricciones. Sin embargo, cuando se aplica de manera adecuada y sostenible, los horarios de trabajo flexibles pueden tener claros beneficios tanto para los trabajadores como para los empleadores.
ResponderBorrarexcelente información, quisiera agregar lo que se incluye en un sistema de gestión de la fuerza laboral que sería seguimiento de tiempo, proyección y planificación, rendimiento del equipo, nómina y beneficios y gestión de la formación. Este es un capital muy importante en las empresas, representa la capacidad mental y/o física para llevar a cabo el trabajo necesario en las organizaciones.
ResponderBorrarHola! Gracias por la información, en cuanto al desempleo, este es un tema muy importante para los gobiernos y las empresas, ya que puede tener efectos negativos en la economía y en la sociedad en general. La pandemia en el 2020 hizo caer la economía en 5,8%, hubo una gran perdida de empleos, lo cual hizo que empeorará la situación económica y salud mental-física de los chilenos.
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